EL PRESENTE SOLO VIVIRLO Y CRECER CON EL

Esto de estar despierto, resulta en principio desgastante, porque primero vivo el hecho de enfrentar una realidad que la veo de acuerdo a mis propias experiencias y si estas han sido interpretadas de acuerdo a lo vivido, ya no son reales porque no son más que interpretación no observándola tal como realmente “ES” y es de esta forma que comprendo además, que la vida que llevo ha sido siempre ilusoria, fantasiosa, caótica mismo que la encuentre confortable.

Vaciarse, mucho he escuchado de esto en este tiempo que he decidido regalarme la oportunidad de nuevos conocimiento e ideas para deshacerme del que tengo y que no me dan las respuestas a las constantes preguntas que me hago y persisten hasta el agotamiento. Aunque ahora también comprendo que el conocimiento siempre es viciado viejo y del pasado, sólo es nuevo mientras no lo haya conocido, siendo conocido ya hay que dar paso a siempre lo nuevo y necesario para aprender vivir la impronta, la inseguridad y lo infinito del presente!
“El Presente” es el gran libro abierto que el universo nos regala, y que por las interpretaciones lo dejamos escapar, aprender a vivirlo consiste en mantenerse alerta de los eventos que nos ofrece y como lo vivimos sin interpretarlos. Solo “vivirlo” desprendido de todo y sin guardar, sin proyectar nada de lo que nos ofrece el instante sea denso, sea sublime, lo importante es observarlo con los ojos mas allá de nuestros ojos, sentirlo, más allá de la emoción que crea nuestra mente, porque es a través de esa experiencia que fluimos, trascendemos, evolucionamos y nos encontramos con la autenticidad en nosotros mismos…
“
Conócete y conocerás al hermano y por ende conocerás a Dios”. El defecto que reconozco en el prójimo no es más que mi propio defecto, porque bien lo conozco cuando lo he detectado. Es en ese instante que el presente me regala la oportunidad a través del reflejo de ese hermano que me sirve de espejo el traer de mi inconsciente a mi consciente el defecto para transformarlo en “lo mejor” de esa línea en los opuestos: es cuando se da la batalla del Ego; El Ser, sólo observa y lo recibe porque el Ser no es de batalla sólo espera (la paciencia es su principal virtud), a que me de cuenta de lo inminente y de la impronta de mi realidad para que camine hacia lo que realmente somos: EL SER.
El detalle de nuestro hábito egoico es relacionar el presente con vivencias del pasado y proyecciones al futuro como mecanismos de defensa que nos abocan a una irrealidad una fantasía e ilusión agotadora y que de acuerdo a las creencias, culturas, crianzas que forman nuestra personalidad sintética vamos delegándoles el control de nuestra vida, desperdiciando toda la energía en lo irreal alejándonos de la realidad. ¿Cuánto tiempo nos ha durado este círculo vicioso a lo largo de la trayectoria de vida de la humanidad en este nuestro hogar planeta tierra? ¿Cuánto tiempo nos llevara Despertar de este valle de ilusiones caóticas que nos hemos creado? ¿Cuándo comprenderemos que el caos nos lo hemos provocado nosotros mismo? Todas las preguntas llevan al Presente, es este el momento: con lo que elijo Ser y hacer.

Vivamos el Presente, ese gran libro de sabiduría que es infinito y que alimenta lo finito. El gran ocho que nutre cuando nos conectamos con la existencia vaciados de pasado y futuro, Como es arriba es abajo, lo macro y lo micro, DIOS y El Hombre.
Por: milvia e. Samaniego s.