VIDENCIA, TAROT, ASESORIA ESPIRITUAL

jueves, 14 de noviembre de 2019

LAS PAGINAS DE NUESTRO LIBRO DE VIDA.

Nuestra estancia en esta Tierra, evidentemente, no es una casualidad. Comprende un periodo de aprendizaje y evolución.
El mundo de la Tercera Dimensión -el que vivimos actualmente en el planeta Tierra- es el primer escalón a muchos que siguen. En la escuela de la vida, estamos dando los primeros pasos.
Nuestra vida, la podemos dividir en ciclos, y cada ciclo comprende siete años. En cada una de estas etapas tendremos que aprender y desarrollar diferentes niveles de conciencia ya sean mentales, emocionales o fí­sicos.
Los podrí­amos englobar básicamente en los primeros años de nuestra vida y los más formativos por tanto, así­:
EDAD: De 0 a 7 años.
ACCION PREDOMINANTE: Cuerpo fí­sico -Yo Actúo-
APRENDIZAJE: Esta es la etapa para aprender a experimentar el cuerpo. Por eso los niños de esa edad, necesitan estar en continua actividad, moverse, correr, saltar, etc. En esta etapa los chakras activados -léase tema correspondiente- son el básico y el esplénico.
EDAD: De 7 a 14 años.
ACCION PREDOMINANTE: Emocional -Yo Siento-
APRENDIZAJE: En esta etapa aprendemos a relacionarnos con la familia, los maestros, los amigos. También hay tendencia al hecho religioso, a querer saber y participar. Los chakras activados son el plexo solar y el cardí­aco.
EDAD: De 14 a 21 años.
ACCION PREDOMINANTE: Mental -Yo Pienso-
APRENDIZAJE: Ciclo de estudio y de elección con respecto a la vocación o a lo que le gustarí­a desarrollar más adelante como profesión o actividad. Los chakras activados son el larí­ngeo y el tercer ojo.
EDAD: De 21 a 33 años.
ACCION PREDOMINANTE: Unificación. 
APRENDIZAJE: En esta página de la vida se consolidan el matrimonio o la pareja y al mismo tiempo la actividad y la forma de generar bienes materiales. A los 33 años, serí­a como haber incorporado todos los cuerpos y ya, asumir la plena responsabilidad con nosotros mismos y con los demás, tomar conciencia de que estamos aquí­ para hacer algo para NOSOTROS y para los OTROS.
La etapa más importante serí­a la primera, ya que es ahí­ donde se forma la personalidad del Ser, dependiendo de lo que haya vivido, de sus experiencias. Por lo cual, podemos suponer la importancia de los padres en la felicidad y autocomprensión futura del niño.
Algunas veces, cuando nos acercamos a una nueva etapa, podrí­amos entrar en una pequeña crisis como, por ejemplo, a los cuarenta años donde generalmente nos vemos obligados a reacomodar o a hacer algunos cambios en nuestra vida. Quizá aquella vieja aspiración a conseguir algo nos parezca ya lejana o imposible, por ejemplo, un doctorado o un master, o bien, hacer aquel proyecto siempre anhelado.
A partir de los sesenta años pueden ocurrirnos dos cosas:
Por un lado podrí­a empezar a producirse una suerte de “cristalizaciónâ€. Esto ocurre cuando reiteradamente nos hemos negado a resolver conflictos que se nos presentaron y que formaban parte de nuestro aprendizaje. Por ejemplo, una persona a la que le costaba 
mucho aceptar que no solamente su forma de pensar era válida, sino que podí­a haber otras tanto o más justas y efectivas; en la vejez seguramente, no solamente estará convencida de que es dueña de la verdad, sino que se negará a escuchar cualquier otra opinión. Se hace como un acento en los patrones mentales. Cualquier problema mental se agranda hasta el borde del fanatismo y la enfermedad patológica.
Por el contrario, si se ha vivido más abiertamente, más conciente, animándonos a enfrentar, a veces situaciones difí­ciles, entendiendo que cada cosa que nos pasa en nuestro libro es para ser cada vez mejores, nos convertiremos en viejos sabios y felices, con algo importante para enseñar a cada ser que esté a nuestro lado.
Aunque nuestra vida esta dividida por ciclos de siete años cada uno, a su vez, podrí­amos dividirla en dos: Tiempo de siembra y Tiempo de cosecha.
¿Qué estás sembrando hoy?

Extraí­do de la Web



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