VIDENCIA, TAROT, ASESORIA ESPIRITUAL

jueves, 27 de febrero de 2020

APRENDER A SOLTAR


Aprender a soltar nos lleva a abandonar la presión interna, es como dejar caer el peso de la mochila que llevamos a nuestra espalda. Esta liberación genera gran alivio y ligereza. El proceso de soltar tiene mucho más poder que defenderse o aferrarse.
Si echamos un vistazo a la vida humana encontramos una larga lucha elaborada para escapar de nuestros miedos y de las expectativas que hemos proyectado sobre el mundo y las demás personas. En ocasiones intercalamos esta lucha con momentos de celebración cuando creemos que hemos escapado de los miedos. Vivimos sobrepasadas/os y temerosas/os de nuestros sentimientos por la enorme carga que nos suponen.
Soltar es una habilidad que nos ahorra mucho tiempo de sufrimiento para acceder a vivir con tranquilidad emocional. Si creemos que es difícil es muy probable que así sea para nosotras/os. Lo importante es estar dispuestas/os a viajar ligeras/os de equipaje. Sintiéndonos mejor cada vez que liberamos aquello que nos pesa tanto.
David Hawkins, doctor en Medicina y Filosofía, en su libro “Dejar Ir” nos traslada las siguientes ideas:
  • “Dejar ir es como el cese repentino de una presión interna o la caída de un peso. Se acompaña de una repentina sensación de alivio y ligereza, y el incremento de la felicidad y la libertad. Se trata de un mecanismo real de la mente y todo el mundo lo ha experimentado en alguna ocasión”.
  • “A medida que nos familiarizamos con el dejar ir, nos daremos cuenta de que todo sentimiento negativo está asociado al miedo básico relacionado con la supervivencia, y que todos los sentimientos no son más que programas de supervivencia que la mente cree necesarios”. 

1. ¿ERES AGUA O BAMBÚ?

Cada día se nos presenta la posibilidad de elegir entre ser agua o ser una rígida caña de bambú. El agua fluye, se adapta a la corriente, al cambio y atraviesa las tensiones. En cambio la caña de bambú ante las presiones externas y la tensión interna acaba rompiéndose. ¿Quiero decirte con esto? Que existen dos caminos:
  • Un camino donde convives, te adaptas a los cambios, vas soltando las piedras de tu recorrido vital y deshaciéndote de creencias, prejuicios y tradiciones cuando supongan un lastre a tu propio crecimiento.
  • El otro camino nos refleja el aferramiento a nuestro sistema de creencias, el apego a cada piedra del camino y nuestra inflexibilidad a las circunstancias cambiantes del entorno.
Tú tienes en tu mano la elección. Observa y date cuenta que son dos interpretaciones de cómo podemos vivir cada día. Tú decides cual te trae más libertad y satisfacción.
Busca tu propia experiencia, absorbe lo que te sea útil, deshazte de lo inútil y hazlo propiamente tuyo” Bruce Lee.

2. ¿POR QUÉ TENEMOS DIFICULTAD EN SOLTAR?

Detrás de todos nuestros “no es tal fácil dejarlo ir”, “tu no sabes lo que estoy sufriendo”, “no sé cómo se hace”… están miedos profundos, heridas no resueltas y deseos como:
  • El miedo al cambio.
  • El miedo a perder.
  • El deseo de control.
  • El deseo de aprobación.
  • El miedo a no conseguir lo que deseamos.
Hasta que no hayamos reconocido y observado nuestros sentimientos no podemos soltarlos. Cualquier emoción que nos llegue a la conciencia y que no soltemos se almacenará en el inconsciente. Por esto es importante saber que contamos un mecanismo para atravesarlas y liberarlas en cualquier momento.
Cuando somos conscientes del resentimiento, la culpa, el sufrimiento y el miedo y de las creencias limitantes (“los cambios son dolorosos”, “todo lo que tiene valor implica sacrificio”, “soy víctima de mis circunstancias”, “si no hago lo que los/as demás quieren me dejarán de querer”…) podemos elegir deshacernos y liberarnos de estas ataduras y cargas emocionales poniendo en práctica este mecanismo de soltar. Permitiendo así, que la mente libre de cargas pueda fluir desde su creatividad y espontaneidad.
Soltar no es perder. Es abrirse a incorporar algo nuevo.
Tenemos resistencia a soltar porque creemos que sino nos mantenemos presionando sobre nuestros deseos y expectativas no conseguiremos lo que queremos. Cuando soltamos la presión del querer, nos aclaramos y tomamos decisiones más inteligentes.
Pensamos que nuestra felicidad depende del control de las acontecimientos, y son estos los que nos molestan, pero no es así. Lo que realmente nos molesta son los sentimientos y pensamientos acerca de estos hechos. El poder que le damos a cada situación depende de nuestra actitud de aceptación o no y de nuestro estado emocional.
¿Por qué nos quedamos enganchadas/os o atrapadas/os en un sentimiento? Porque creemos que lograra algo para nosotras/os. Es decir, encontramos ganancias secundarias (atención, valoración, comodidad, evitación…) al mantener ese sentimiento aunque nos dañe.
Otra posible causa por la que no soltamos es porque no confiamos que la vida nos traiga algo “mejor”. Por eso es necesario darnos cuenta que poseemos una confianza intrínseca como el árbol que deja caer las hojas porque sabe que volverán a salir la próxima primavera. Quizá hemos olvidado nuestros ciclos vitales de “muerte y renacer”. Como respirar; sueltas el aire con la confianza absoluta de que dispones de más aire para inhalarlo nuevamente y llenarte de oxígeno renovado.  

3. SUELTA

Suelta los sistemas de creencias, los esquemas mentales y los conceptos. Suelta las imágenes y las formas. Suelta las palabras que crees que te atacan, suelta la ilusión de necesitar pareja, familia, dinero, trabajo, amistades… para ser feliz y poder vivir.
Suelta inercias, comodidades y protecciones con las que te aprisionas a ti misma/o en el cartel de tus miedos. Suelta todos los cuentos que te contaron, te cuentas y que te siguen contando para continuar presa/o en la mente.
Vacía tu mente, libérate de las formas. Como el agua. Pon agua en una botella y será una botella. Ponla en una tetera y será una tetera. El agua puede fluir… o puede golpear. Sé agua amigo.
Bruce Lee
Suelta los deberías y las creencias distorsionadas (no soy capaz, no puedo hacer eso, no soy inteligente, nada merece la pena,…). Suelta las personas que no te hagan feliz. Suelta el miedo a lo profesional. Suelta la imagen de ti mismo/a.
Suelta el resentimiento ante eventos pasados y personas. Suelta la necesidad de que las cosas tengan que ser de otra manera. Suelta frustración, enfado, impotencia, culpa, rabia, ira… Suelta expectativas.
Suelta todo lo que provoca resistencia, mientras está este en ti no podrás ser libre. Suelta cualquier tipo de lucha. Suelta cualquier clase de miedo. Suelta deseos y anhelos. Suelta rechazos y renuncias.
Suelta la necesidad de soltar.
¿Comprendes lo que intento transmitirte? Cuando lo comprendes, lo haces parte de tu vida. Cuando soltamos amarres el vuelo comienza, se despliega. Todo tu alrededor se transforma y aparece una nueva visión de la realidad. Desde aquí puedes observarte a ti misma/o, al mundo y a las/os demás, fuera de los condicionamientos, de las fijaciones, del control y de la programación mental. Ya nada tiene la capacidad de dañarte. Te conviertes en observador/a. Puedes observar sin distracción, sin temor y sin renuncias.
Cuando una puerta se cierra otra se abre. Pero a veces nos quedamos tanto tiempo contemplando la puerta cerrada, que no vemos la que ha sido abierta para nosotras/os.
Podemos dividir la propuesta en varias fases:
Dirige tu mirada al interior y date cuenta de la sensación. Respira y siente. Reconoce los sentimientos a medida que van surgiendo. Déjalos aflorar.
Ponte en contacto con la sensación. Es posible que la identifiques en alguna parte de tu cuerpo. Déjala crecer, deja que los sentimientos estén ahí y que sigan su curso.
Abandona toda intención de querer modificar los sentimientos, todo juicio sobre la sensación y todo intento de resistencia. En algunas ocasiones nos resistimos a la sensación porque queremos un resultado determinado o una solución concreta a nuestra negatividad. También encontramos resistencia porque en el fondo no queramos aceptar lo que esta pasando.
Céntrate en la sensación, no en los pensamientos. No son más que racionalizaciones de la mente para intentar explicarte la presencia de la sensación. Si los prestas atención se auto-reforzaran creando más pensamientos. Deja ir toda expectativa.
Siente libremente sin ataduras.
Desvía tu atención de los sentimientos (es algo opcional). El Doctor Hawkins nos lo propone porque da resultado a sus clientes. Ya has reconocido y aceptado la sensación en ti misma/o. Estás eligiendo soltarla porque quieres libertad, felicidad y soluciones. Como ejemplos puedes tomarte una taza de café, ir al baño, colocar algo, abrir y cerrar las cortinas… Estas simples acciones permiten pasar de modo negativo a modo positivo.
Enfócate en soltar la energía y deja ir los sentimientos. Estate dispuesta/o a permitir esta liberación, a ampliar tu visión y permanecer en la apertura mental. Una vez liberada la tensión interna, tu mente creativa (previa a todos tus mapas y actitudes mentales) puede fluir dándote nuevas ideas, perspectivas más amables de ti misma/o y del entorno junto con soluciones que no podías ver porque permanecías aferrada/o a los sentimientos.
Cuando permites soltar la sensación, la energía se libera y se produce un descenso de la tensión interna. Te sientes mejor, más ligera/o, más tranquila/o. No me creas ponlo en práctica.
Una vez hemos soltado podemos después tomarmos un espacio de indagación personal. Es decir, preguntarnos cuáles son las creencias subyacentes, a qué nos estamos aferrando o apegando, qué información nos trae esos sentimientos y emociones “negativas” y examinar qué es lo que ha activado toda esa tensión interna. Hacernos responsables de lo que nos sucede. Tenemos la mente creativa a nuestra disposición para observarnos y crecer.
Tarthang Tulku, maestro tibetano, nos dice:
Cuando usted se halle emocionalmente confuso, manténgase en contacto con la emoción […] pero no trate  de  aferrarse  a  ella […]  Igualmente,  cuando  emerja  la  ansiedad  o  cualquier  otro  sentimiento perturbador, concéntrese en el sentimiento, no en los pensamientos que tenga al respecto. Concéntrese en el centro del sentimiento y penetre en ese espacio […]. ¡Si entramos en el centro de la emoción nos daremos cuenta de que ahí no hay absolutamente nada! […]. Lo único que percibiremos entonces es una densidad de energía clara y distinta. Esta energía tiene un gran poder y puede transmitirnos una gran claridad […]. Nosotros podemos transmutar esta mente samsárica porque la mente misma es vacuidad, apertura total, claridad total […] visión directa, liberación total, receptividad completa en cualquier situación.
Utiliza este procedimiento en cualquier momento del día que sientas tensión o identifiques un sentimiento incómodo, incluso cuando está empezando. No es necesario esperar.
Una vez incorpores la práctica de soltar en tu vida encontrarás que suele bastar con 
ser consciente del sentimiento para desencadenar una liberación natural. Lo que dará como resultado la reducción de la tensión en la mente y en el cuerpo trayendo a tu vida más tranquilidad y bienestar.
Comparto un ejemplo práctico: una profesora consulta porque sus alumnos la irritan.
  • Acepta el hecho de que estás irritada y que no pasa nada por eso. Es aceptable.
  • Deja que la irritación venga completamente sin llamarla de ninguna manera ni hacerla personal.
  • En lugar de resistirla, pide más. Observaras que simplemente es la energía de la negatividad. Esta mirada despersonaliza.
  • Pregúntate ¿Estoy dispuesta a dejar ir esta energía? A menudo la energía se elevará.
Aquí tienes un diálogo esclarecedor entre un terapeuta y su cliente:
Terapeuta: ¿Qué ocurre cuando deja que esa necesidad se manifieste?
Cliente: Me siento desgraciado. Estoy solo. Estoy asustado. Es difícil estar solo. Necesito que alguien me quiera y cuide de mí.
Terapeuta: ¿Puede permitirse experimentar ahora mismo esa necesidad de amor? ¿Cómo se siente cuando se permite sentir esa necesidad?
Cliente: (Larga pausa) En realidad, cuando lo hago las cosas cambian en mi interior […j Cuando realmente entro en ese sentimiento tengo un sentimiento de poder […] me siento diferente […] me siento más equilibrado […] más seguro […] hay mucho más espacio […]. No tengo miedo ni me siento desesperanzado […]. Cuando me permito tener esta necesidad me siento alimentado incluso estando a solas (…] me siento pleno.
Como apunte decirte que soltar se trata de una práctica continua. Incluso una manera de vivir. Es muy posible que un mismo sentimiento retorne una y otra vez. Si es así es que sigue habiendo gran cantidad de energía presionado que necesita salir y ser reconocida o también es posible que nos seguimos apegando a ese sentimiento, con lo cual realmente no estamos soltando.
Se trata de una entrega constante para permanecer en un estado de libertad. Con el tiempo te das cuenta que los sentimientos van y vienen. Verás que en ti hay un , es decir una presencia interna, que observa lo que sucede y no se identifica con ellos, aunque sea consciente de lo que está pasando. Poco a poco te volverás más consiente de tu poder personal y podrás identificarte con estados internos más beneficiosos.
Termino con un relato 😉
Un psicólogo en una sesión grupal levantó un vaso de agua, todo el mundo esperaba la típica pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío? Sin embargo, preguntó:
– ¿Cuánto pesa este vaso?
Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos.
El psicólogo respondió: “El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar se vuelve”.
Y continuó: “Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada”.
Acuérdate de soltar el vaso…
By Elena Echevarria,





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