VIDENCIA, TAROT, ASESORIA ESPIRITUAL

martes, 4 de febrero de 2020

LOS CHAKRAS: EL SISTEMA ENERGETICO

La mayoría de las personas consideran el mundo de la materia y, por tanto, también el cuerpo físico como la única realidad, pues es el único que pueden percibir a través de los sentidos físicos y captar con el raciocinio. Sin embargo, al ojo clarividente que mira a una persona se le abre un sinfín de estructuras energéticas, movimientos energéticos, formas y colores, que se hacen visibles dentro y alrededor del cuerpo físico.
Si tú te encuentras entre esas personas que sólo pueden aceptar como realidad el cuerpo material, piensa en todo lo que sucede con la energía, con la fuerza vital que da vida a un cuerpo físico y que le proporciona sensaciones y capacidad de expresión, cuando ese cuerpo muere. Una ley física afirma que, en el universo, la energía no se destruye, sino que únicamente puede transformarse en otras formas de energía. La energía que actúa detrás de la manifestación material del cuerpo y sus funciones y capacidades está compuesta por un sistema energético complejo sin el cual no podría existir el cuerpo físico. Este sistema energético está formado por tres componentes fundamentales.
1) Los cuerpos no materiales o cuerpos energéticos.
2) Los chakras o centros energéticos.
3) Los nadis o canales energéticos.
En este sistema los nadis constituyen una especie de arterias intangibles. La palabra nadi procede del sánscrito y significa: tubo, vaso o arteria. Su función consiste en conducir el prana o energía vital a través del sistema energético no material.
La palabra sánscrita prana puede traducirse por energía absoluta. En el ámbito cultural chino y japonés esta fuerza vital universal se denomina: chi. Representa la fuente original de todas las formas energéticas y se manifiesta en diferentes áreas existenciales mediante frecuencias distintas. Una de sus manifestaciones es la respiración, una de las formas por las que podemos absorber prana dentro de nosotros.
El plano de la consciencia de toda forma viva depende de las frecuencias del prana; que puede absorber y almacenar. Así, por ejemplo, en los animales encontramos gamas de frecuencia más bajas que en el hombre, y en los hombres desarrollados hallamos frecuencias superiores a las que encontramos en personas que se encuentran al principio de su desarrollo.
A través de los chakras, los nadis de un cuerpo energético están unidos con los nadis del cuerpo energético vecino. Algunos textos indios y tibetanos antiguos mencionan el número de 72.000 nadis; otros escritos históricos hablan de 350.000 nadis. Los canales energéticos más importantes son: sushumna – ida -pingala, sobre los que profundizaremos en el capítulo siguiente. Los chinos y japoneses conocen un sistema similar de canales energéticos que denominan meridianos (del conocimiento de estos meridianos se desarrolló la acupuntura)
En el sistema energético del hombre los chakras sirven de estaciones receptoras, transformadoras y distribuidoras de las diferentes frecuencias del prana. Absorben, directamente o a través de los nadis, las energías vitales de los cuerpos energéticos no materiales del hombre, de su entorno, del cosmos y de las fuentes que son el fundamento de cualquier manifestación, la transforman en las frecuencias que necesitan las diferentes áreas del cuerpo físico o de los cuerpos inmateriales para su conservación y desarrollo, y la retransmiten a través de los canales energéticos. Además, irradian energías al entorno. Mediante este sistema energético, el hombre efectúa un intercambio con las fuerzas que actúan en los diferentes planos del ser en su entorno, en el universo y en la base de la creación.
Dado que los chakras mantienen una interrelación muy estrecha con los cuerpos energéticos, en este capítulo nos gustaría describir primeramente la apariencia externa y las funciones de estos cuerpos. En el capítulo siguiente se incluye una descripción general de los chakras, y en los siete capítulos dedicados a cada uno de los chakras se encuentra una exposición detallada de las funciones de cada uno de estos centros energéticos.
En general, se distinguen cuatro cuerpos energéticos:
1) El cuerpo etérico.
2) El cuerpo emocional o astral.
3) El cuerpo mental.
4) El cuerpo espiritual o causal.
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Cada uno de estos cuerpos no materiales posee su propia frecuencia de vibración fundamental. El cuerpo etérico, que es el más cercano al cuerpo físico, vibra con la frecuencia más baja. Los cuerpos astral y mental poseen a su vez frecuencias mayores, y en el cuerpo causal podemos encontrar representados los índices de vibración máximos
Cada uno de estos cuerpos se asemeja a un baile de energías dentro de su propia gama de vibraciones, en el cual las frecuencias aumentan constantemente a lo largo del desarrollo y perfeccionamiento de una persona. Los cuerpos energéticos representan portadores de conciencia en determinados planos de vibración, y cuando su índice de vibración aumenta transmiten al hombre energías vitales, sensaciones y conocimientos superiores dentro de su ámbito de funciones específico.
Sin embargo, los diferentes cuerpos energéticos no están totalmente separados entre sí. Se interpenetran mutuamente mientras cada uno vibra dentro de su propia gama de frecuencias, de forma que incluso un clarividente sólo podrá distinguirlos ajustando su capacidad de clarividencia a la esfera correspondiente. Por ejemplo, para poder observar el cuerpo astral tendrá que dirigir su mirada clarividente a la esfera astral; si desea percibir el cuerpo mental, debe ajustarse a la esfera mental, etcétera.
La misión y el funcionamiento de los chakras:
Queremos transmitirte las informaciones fundamentales más importantes sobre el funcionamiento de los chakras. La comprensión teórica de estas relaciones constituye el fundamento en el que se basa el conocimiento práctico sobre cada uno de los chakras individuales que hablaremos.
Los escritos que nos ha legado la tradición mencionan un número elevado de chakras: 88.000. Esto significa que en el cuerpo humano apenas existe ningún punto que no sea un órgano sensible para la recepción, transformación y retransmisión de energías. Sin embargo, la mayoría de estos chakras son muy pequeños y desempeñan un papel subordinado en el sistema energético. k
cuerpo-medico-alquimico-salud-taoistaExisten aproximadamente 40 chakras secundarios a los que se asigna una mayor importancia. Los más importantes de ellos se encuentran en la zona del bazo, en la nuca, en las palmas de las manos y en las plantas de los pies. Los siete chakras principales, situados a lo largo de un eje vertical junto a la mitad anterior del cuerpo, son tan decisivos para el funcionamiento de las zonas más fundamentales y esenciales del cuerpo, del espíritu y del alma del hombre, que hemos dedicado un capítulo a cada uno de ellos.
Aquí quisiéramos describir primeramente aquellas características que son comunes a los siete chakras principales. Se asientan verdaderamente en el cuerpo etérico del hombre. Se asemejan a cálices florales con forma de embudo y un número variado de pétalos. Por ello, en el ámbito cultural de Oriente a menudo se llaman también flores de loto. Las subdivisiones de las flores en pétalos independientes representan los nadis o los canales de energía a través de los cuales las energías fluyen y penetran en los chakras y a través de los que la energía se retransmite desde los chakras a los cuerpos no materiales. Su número varía desde cuatro canales en el centro radical hasta casi mil canales energéticos en el centro de la coronilla.
De la concavidad situada en el centro de cada cáliz parte un canal, a modo de peciolo de la flor del chakra, que llega hasta la columna vertebral y empalma directamente con ésta. Este canal une los chakras con el canal energético principal, denominado Sushumna, que asciende por el interior de la columna vertebral y continúa en la cabeza hasta la coronilla.
Los chakras se encuentran en permanente movimiento circular. A esta cualidad deben su nombre de chakra que en sánscrito significa rueda. El movimiento giratorio de estas ruedas produce que la energía sea atraída hacia el interior de los chakras. Si el sentido de giro cambia, la energía es radiada partiendo de los chakras.
Los chakras pueden girar hacia la derecha o hacia la izquierda. Aquí puede reconocerse un principio contrapuesto en el hombre y la mujer, o una complementación en la expresión de las energías de diferente especie” puesto que los mismos chakras que en el hombre giran hacia la derecha (en el sentido de las agujas del reloj), en la mujer giran hacia izquierda, y viceversa. Todo giro a la derecha tiene como peculiaridad un predominio de la cualidad masculina, una acentuación del yang según la doctrina china; es decir, representa voluntad y actividad, y en su forma negativa de manifestación, también agresividad y violencia. Todo giro a la izquierda tiene un predominio del yin y representa sensibilidad y acuerdo, y en su aspecto negativo, debilidad.
El sentido de giro cambia de un chakra a otro. Así, el chakra basal del hombre gira hacia la derecha, y expresa más activamente las cualidades de este centro: en sentido de conquista y dominio en el ámbito material y sexual. Por contra, el primer chakra de la mujer tiene sentido de giro hacia la izquierda, lo que la hace más sensible para la fuerza vivificadora y engendradora de la tierra, que fluye a través del centro radical. En el segundo chakra se invierten los signos: el sentido de giro hacia la derecha en la mujer indica una mayor energía activa en la expresión de los sentimientos; el sentido de giro hacia la izquierda del hombre puede interpretarse aquí preferentemente como lo receptivo, a menudo incluso como actitud pasiva. Y así sucesivamente. Los sentidos de giro hacia Sentido de giro de los chakras en la mujer.
La línea continua que asciende ondulando simboliza Pingala, la energía solar, y la línea de puntos representa a Ida, la fuerza lunar. La derecha e izquierda se alternan sucesivamente y caracterizan de forma distinta al hombre y a la mujer, lo que lleva a una complementación de las energías en cada uno de los ámbitos de la vida.
Conocer el sentido de giro de los chakras permite incorporarlos a algunas formas de terapia. Por ejemplo, en la aromaterapia puedes aplicar los aromas con un movimiento circular en el sentido correspondiente, o también trazar con las piedras preciosas giros en el mismo sentido que tienen los centros energéticos.
Los chakras de la mayoría de las personas tienen una extensión media aproximada de 10 centímetros. En cada uno de los centros energéticos existen todas las vibraciones cromáticas, si bien siempre domina un color determinado, que coincide con la función principal del chakra correspondiente. En un desarrollo superior del hombre, los chakras continúan extendiéndose y aumenta su frecuencia de vibración. También sus colores se hacen más claros y radiantes.
El tamaño y el número de vibraciones (frecuencia) de los chakras determinan la cantidad y la calidad de las energías que absorben procedentes de las fuentes más variadas. Se trata de energías que vienen a nosotros del cosmos, de las estrellas, de la naturaleza, de la radiación de todas las cosas y todas las personas de nuestro entorno, de nuestros diferentes cuerpos no materiales, y también de la razón original no manifestada de todo ser. Esas energías llegan a los chakras, en parte, a través de los nadis, y, en parte, fluyen hasta su interior de forma directa. Las dos formas de energía más importantes y fundamentales son absorbidas a través del centro radical y del centro coronal. Entre estos dos chakras discurre el Sushumna, al que están unidos todos los centros energéticos a través de sus peciolos y que alimenta a todos ellos de fuerza vital. Es el canal a través del cual asciende la denominada energía Kundalini, que reposa, enrollada como una serpiente», en el extremo inferior de la columna vertebral, y cuya puerta de entrada es el centro radical. La energía Kundalini representa la energía cósmica de la creación, que en la sabiduría india también se denomina Shakti o la manifestación femenina de dios. Este aspecto activo del ser divino provoca todas las manifestaciones de la creación. Su polo opuesto es el aspecto puro, amorfo y autoinherente del ser divino, en el que incidiremos con más detalle más adelante.
En la mayoría de las personas la energía Kundalini sólo fluye a través de Sushumna en proporción escasa. A medida que va despertándose por un desarrollo creciente de la consciencia, va ascendiendo a través del canal de la columna vertebral en un flujo siempre creciente, y activando los diferentes chakras. Esta activación produce una extensión de los centros energéticos y una aceleración de sus frecuencias. La energía Kundalini alimenta los chakras con la vibración energética que faculta a los hombres para ir abriendo paulatinamente en el curso de su evolución todas las facultades y energías que actúan en los diferentes planos energéticos y materiales de la creación, con el fin de integrar dichas energías en su vida.
Durante su ascenso, la energía Kundalini se transforma en una vibración diferente en cada chakra, correspondiente a las funciones del chakra respectivo. Esta vibración es mínima en el centro radical y encuentra su máxima expresión en el centro coronal. Las vibraciones transformadas son retransmitidas a los diferentes cuerpos no materiales o al cuerpo físico, y se perciben como sentimientos, ideas y sensaciones físicas.
El grado en que una persona permite la acción de la energía Kundalini depende del grado de conciencia que tenga en los diferentes ámbitos de la vida representados por los chakras, y de la medida en que el estrés y las vivencias no procesadas hayan causado bloqueos en los chakras. Cuanto más consciente es una persona, tanto más abiertos y activos están sus chakras, de forma que la energía Kundalini puede fluir a ellos con más intensidad; y cuando más intenso sea este flujo de energía, tanto más activos se volverán los chakras, lo cual, a su vez, despierta una mayor conciencia. De esta forma surge un ciclo permanente de mutua influencia, tan pronto como empecemos a eliminar nuestros bloqueos y a recorrer una senda del desarrollo de la conciencia.
Además de la energía Kundalini existe otra fuerza que fluye al interior de cada uno de los chakras a través del canal Sushumna de la columna vertebral. Es la energía del ser divino puro, del aspecto no manifestado de Dios. Entra a través del chakra coronal y hace que el hombre conozca en todos los planos de la vida el aspecto existencial amorfo de Dios como la razón original, inmutable y que todo lo penetra, de aquella manifestación. Esta energía es particularmente adecuada para eliminar los bloqueos de los chakras. En la sabiduría india se le denomina Shiva, la divinidad, que es la gran destructora del desconocimiento y que con su mera presencia desata una transformación hacia lo divino. Así, Shiva y Shakti trabajan codo con codo en el desarrollo integral de la persona, en el que hemos integrado en nuestra vida tanto lo divino como todos los planos del ser relativo.
Junto al Sushumna hay otros dos canales energéticos que desempeñan un papel particularmente importante en el sistema energético: en sánscrito se denominan Ida y Pingala. Pingala hace las veces de portador de la energía solar, llena de ardor y fuerza motora. Este canal empieza a la derecha del chakra radical y termina en la parte superior del orificio nasal derecho. Ida es el portador de la energía lunar que enfría y serena. Este canal comienza a la izquierda del chakra radical y termina en el orificio nasal izquierdo. En su camino desde el centro radical hasta la nariz, ambos nadis se retuercen alrededor de Sushumna.
Ida y Pingala tienen la facultad de absorber prana directamente del aire mediante la respiración, y de expulsar sustancias venenosas en la espiración. Junto con el Sushumna, constituyen los tres canales principales del sistema energético. Además, hay un gran número de otros nadis que aportan a los chakras energías procedentes de los chakras secundarios y de los cuerpos no materiales, y que retransmiten esa energía a los cuerpos energéticos vecinos.
Pero los chakras también absorben directamente vibraciones del entorno, vibraciones que se corresponden con sus frecuencias. Así, mediante sus diferentes formas de funcionamiento, nos unen con los sucesos de nuestro entorno, de la naturaleza y del universo, sirviendo como antenas para la gama completa de vibraciones energéticas. También podemos denominar a los chakras los órganos sensoriales no materiales. Nuestro cuerpo físico, junto con sus sentidos, es un vehículo adaptado a las leyes de la vida de nuestro planeta, y con cuya ayuda nos las arreglamos en el ámbito externo de la vida, pero con el que simultáneamente también podemos realizar en la tierra nuestros valores y conocimientos internos. Los chakras sirven como receptores para todas las vibraciones energéticas e informaciones que proceden del ámbito físico. Son las aberturas que nos unen con el mundo ilimitado de las energías más sutiles.
Asimismo los chakras irradian energía directamente al entorno, con lo que modifican la atmósfera a nuestro alrededor. A través de los chakras podemos emitir vibraciones curativas y mensajes, conscientes e inconscientes, influyendo tanto positiva como negativamente sobre las personas, las situaciones e incluso la materia.
Para experimentar una plenitud interior, y la energía, la creatividad, el conocimiento, el amor y la bendición a ella asociados, todos los chakras deben estar abiertos y trabajar en mutua armonía. Sin embargo, esta circunstancia se da en muy pocas personas. En general, los diferentes chakras tienen un grado de activación distinto. Y muchas veces sólo están activados los dos chakras inferiores. En las personas que ostentan una posición social sobresaliente, o que de alguna manera ejercen una gran influencia, es frecuente que, además, el chakra del plexo solar se encuentra desproporcionadamente activo. Es posible que exista cualquier combinación de chakras abiertos, bloqueados o marcados en un sentido concreto. Además, estos grados oscilan a lo largo de una vida, puesto que en momentos diferentes pueden adquirir importancia temas distintos.
Por lo tanto, el conocimiento de los chakras puede aportarte una ayuda inestimable para el autoconocimiento, y guiarte en tu camino para descubrir todas las facultades innatas, obsequiándote con una vida de plenitud y alegría máximas 
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