Según la mitología griega, Medea era hija de Eetes y de la ninfa Asterodia. Eetes era el rey de la Cólquida y Medea era sacerdotisa de Hécate. Algunos creen que Hécate era la madre de Medea, de quien aprendió la magia de la brujería, junto a su tía: Circe. Por eso se considera a Medea como hechicera y bruja. Medea se casó con Jasón padre de sus hijos. También tuvo un hijo llamado Medo. Tenía un hermanastro Apsirto y una hermana.
Medea es una de las figuras más fascinantes de la mitología griega. A veces se la representa como bruja, como una hechicera con objetivos malignos, aunque cada autor le ha dado una profundidad distinta al personaje. Ovidio y Apolonio de Rodas la describieron como una joven bella y enamorada dividida entre la fidelidad a la familia y a la tierra y el deseo por Jasón.
Eurípides (480-406 a.C. aproximadamente) resaltó los aspectos más conmovedores en Medea, con un personaje desequilibrado por la infidelidad de su marido y desquiciada por los celos y la amargura hasta el punto de matar a sus hijos en un ataque de desesperación .
“No permitas, Diosa, que mi amante
se transforme en Jasón.
Libérale de mis deseos de venganza
impidiendo que me traicione,
no le dejes a sol ni a sombra
recordándole cuál es su lugar.
Te lo pido, Diosa, porque el veneno
de la serpiente
no atraviese mis manos,
limpias hasta ahora.”
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Medea es una de las figuras más fascinantes de la mitología griega. A veces se la representa como bruja, como una hechicera con objetivos malignos, aunque cada autor le ha dado una profundidad distinta al personaje. Ovidio y Apolonio de Rodas la describieron como una joven bella y enamorada dividida entre la fidelidad a la familia y a la tierra y el deseo por Jasón.
Eurípides (480-406 a.C. aproximadamente) resaltó los aspectos más conmovedores en Medea, con un personaje desequilibrado por la infidelidad de su marido y desquiciada por los celos y la amargura hasta el punto de matar a sus hijos en un ataque de desesperación .
“No permitas, Diosa, que mi amante
se transforme en Jasón.
Libérale de mis deseos de venganza
impidiendo que me traicione,
no le dejes a sol ni a sombra
recordándole cuál es su lugar.
Te lo pido, Diosa, porque el veneno
de la serpiente
no atraviese mis manos,
limpias hasta ahora.”
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