VIDENCIA, TAROT, ASESORIA ESPIRITUAL

miércoles, 27 de mayo de 2020

CALIDAD HUMANA DONDE LA DEJAMOS

En el momento actual, que nos encontramos, en nuestro día a día, hablamos mucho de “calidad” calidad de servicio, calidad de producto, calidad de vida (entendida como bienestar material y social). Pero, en contadas ocasiones escuchamos hablar de “Calidad Humana”. Sin embargo, cuando se carece de ella todo se convierte en pura apariencia sin sentido alguno.
La calidad humana nace de una mezcla curiosa: La dignidad de sentirnos nosotros mismos y la humildad de reconocer que podemos ser
mejores. ¿En qué consiste? Pues consiste en cuidar las relaciones con los demás, en rehacer nuestros afectos y en tener una filosofía, una actitud y un estilo de vida que sea realmente el que nosotros sintamos en nuestro interior. Hemos de ser conscientes que el mundo material no posee ningún valor por si mismo, depende de la aplicación que hagamos de él y la felicidad que genere al compartirlo.
La calidad humana debe llevar inherente a ella lo más valioso, el cultivo de la bondad personal, el deseo de hacer bien las cosas de acuerdo a las leyes universales, mejorar cada día un poco mas uno mismo y en colaboración con los demás, cumpliendo así, la evolución individual y colectiva, a fin de lograr un mundo mejor para todos los seres vivos sobre la tierra.
La calidad humana no se mide por el éxito ni por el prestigio. Si, por el deseo de ser seres humanos más éticos y morales cada día, más
conscientes y más capaces de ser útiles a los demás y a nosotros mismos. La calidad humana bien entendida, se asienta en tres componentes básicos: “Cerebro” “Corazón “Constancia”. Se trata en definitiva de concentrar nuestra mente en lo que hacemos en cada momento (cerebro), sentir amor en cada tarea que realizamos (corazón) y fuerza de voluntad para lograr ser nosotros mismos en todo lo que realizamos (constancia); la calidad humana se va enriqueciendo de pequeñas y constantes mejoras, mas que de cambios radicales. En muchas ocasiones, lograr nuestros objetivos depende de seguir intentándolo, cuando los demás ya han dejado de hacerlo. Es evidente que si queremos ser mejores, tenemos que vivir en consecuencia con ese sentimiento, de esa forma seremos una referencia muy válida para los demás
El deseo de ser mejores cada día debe estar integrado en nuestro interior, como forma de vida. Así pues la verdadera calidad humana surgirá de aprender a querer y apreciar a nuestros semejantes a nosotros mismos y todo aquello que tenemos que realizar.
Esteban Pérez López - Grupo Espírita de la Palma



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